De hinchas, fanáticos y villamelones.
26/05/2014 I Julián Romo Madrigal | Ver más entradas
De hinchas, fanáticos y villamelones
El deporte no para, todas las semanas y todos los días hay competencias alrededor del mundo y para los que amamos esto, tenemos una necesidad imperiosa de saciar nuestro apetito; buscamos en el futbol internacional, deportes estadounidenses, tours de tenis, golf o automovilismo y, lo mejor de todo, siempre encontramos algo.
Hasta ahí todo bien, pero ¿de dónde nace tanta pasión por equipos o atletas tan lejanos a nosotros?, equipos con historias remotas y atletas con nombres difíciles de pronunciar.
Mientras se acercaba la final de la Champions League, de pronto surgieron en las redes sociales amantes eternos del Real o Atlético de Madrid, como si habláramos del clásico nacional entre América y Chivas, vistiendo las playeras de su equipo, cargando un simulacro de orejona y lanzando frases retadoras e improperios contra quien hoce criticar al equipo de "sus amores".
Hace pocos días todos éramos panzas verdes y pocos días después se habían transformado en colchoneros y merengues; ¿cómo se da esta transformación?, el fenómeno del deporte global se debe a 2 puntos primordiales amalgamados por un mismo instrumento: nivel y figuras explotados por la mercadotecnia.
Hace 20 años, todos éramos amantes del basquetbol, nos llevábamos nuestro balón a la escuela, comprábamos tenis de bota y coleccionábamos tarjetas, la razón: Michael Jordan; este año estamos viviendo unos playoffs espectaculares en la NBA, sin embargo, la figura de "Air" Jordan no ha podido renovarse, aún con jugadores como Kobe Bryant o LeBron James.
10 años atrás veíamos todos entusiasmados como Michael Schumacher ganaba por 7ma ocasión el campeonato de Fórmula 1, vistiendo nuestras gorras rojas e incluso ondeando banderas del Cavallino Rampante; para el golf, cualquier torneo que involucre a Tiger Woods significa el doble de rating y, si está peleando el campeonato, se multiplica varias veces más.
El futbol internacional ha logrado copiar esta fórmula y equipos como Real Madrid, Manchester United o Bayern Múnich fichan año con año jugadores por varias decenas de millones de dólares sabiendo que la maquinaria publicitaria hará su trabajo.
¿Por qué un mexicano se apasiona con un equipo europeo?, porque así lo quiere ese equipo y ha sabido, a base de calidad y penetración, llenar esa necesidad que todo aficionado tiene. ¿Villamelones?, importa poco, el que sabe poco al igual que el que sabe mucho, consume, y eso, al final de cuentas, es lo que importa.
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