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Es más...ya lo extraño

 

C'est fini, la copa del mundo de la FIFA Brasil 2014 ya es historia, ahora comienza la resaca de 4 años en espera de Rusia 2018, resaca que se cura con múltiples ligas, torneos internacionales, copas, eliminatorias y amistosos, que de pronto queda casi en el olvido pero que hay veces que la nostalgia nos la echa en cara y se extraña como se extraña a nuestras épocas de infancia, con la alegría de haberla vivido pero con la triste certeza de que nunca se repetirá.

 

El mundial fue trepidante, con emociones fuertes, momentos épicos y sorpresas agradables, se jugó a un nivel superior a lo esperado, con buenos goles y sus respectivas decepciones. Al final, como siempre, hubo muchos animadores pero los protagonistas fueron los mismos.

Con unas semifinales contrastantes, llegaban a la gran final 2 potencias mundiales: por un lado, Alemania, quien vapuleó al anfitrión Brasil y por el otro Argentina, sufriendo para derrotar a los holandeses. De cualquier manera, estaban los que tenían que estar.

 

La final fue intensa, cada equipo jugando a lo que sabía, mientras los alemanes controlaban el balón y elaboraban sus ofensivas a base de pases rasos, atacando en bloque, los argentinos lo hacían en contragolpes, defendiendo en su propio campo, con orden y garra.

Las jugadas de peligro se presentaron en ambas áreas, el primer tiempo Argentina tuvo la más clara, en un error de la saga teutona, Higuaín desperdició un mano a mano chorreando su disparo; en el segundo tiempo, fueron los alemanes los que estuvieron a punto de concretar, con un remate de cabeza de Höwedes que se estrelló en el poste.

 

Tuvo que llegar el alargue para poder definir al campeón, Argentina parecía resignado a los penales, teniendo cada vez menos el balón y denotando el cansancio provocado por su partido de semifinales y el poco descanso, mientras que los alemanes no bajan los brazos y, fieles a su estilo, buscaban la portería contraria; y fue así, haciendo lo que mejor saben, que en una jugada bien elaborada, Mario Götze controlaría con el pecho dentro del área y remataría rápidamente ante la salida de Romero para marcar el tan ansiado gol.

 

Ya no hubo tiempo para más, Alemania levantaba la copa por cuarta ocasión, premio a la constancia, trabajo en equipo y competitividad, al que intentó poner el futbol en el terreno de juego. Con esto, se daba por terminado el mundial, cerrando con broche de oro una copa del mundo que se nos escapó como el agua de las manos.

 

La copa mundial de la FIFA Brasil 2014 ya es historia y, para ser sinceros, ya la extraño.

 

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